Vivir sin morir

Está a la vuelta de la esquina. Siempre está a tu lado, esperando un paso en falso y así llevarte antes de tiempo. No tiene emociones ni analiza argumentos, solo es lo más seguro después del nacimiento. Se despierta contigo, come contigo, duerme contigo. Pendiente de tus decisiones, de tus actos. Y no para juzgar; no es quien para juzgar a ningún ser vivo. No está para eso. Solo espera, pacientemente, el momento oportuno para entrometerse en tu camino. No avisa, no perdona. Nosotros no tenemos el control ni el poder de dominarla. No tenemos esa habilidad. Nuestro deber es disfrutar cada momento como si fuera el último de nuestra existencia. Aprovechar las oportunidades que el tiempo nos da para estar con los seres que amamos. Disfrutar de la brisa en la montaña, del olor de las flores, del atardecer en El Morro, de los cantos de las aves al amanecer, la lectura de un buen libro, nuestra serie favorita. Disfrutar de cada respiro, cada sabor, cada caricia, cada evento de tu vida. Hasta disfrutar del dolor, del sufrimiento, de cometer errores, de saber que estás vivo. Experimentar todo lo que podamos experimentar y que ningún obstáculo se interponga en nuestra visión. Porque no sabrás cuando se interpondrá en tu camino y querrá llevarte consigo. – ttc94